lunes, 21 de mayo de 2012

ETA quiere asesinar al Papa


ETA quiere asesinar al Papa

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TOMADO DE: LO ULTIMO DE LO ULTIMO
El Cocinero del Papa, de Javier Guzmán
El Cocinero del Papa, de Javier Guzmán

El premiado escritor y anteriormente consumado publicista Javier Guzmán nos sorprende esta vez con una novela “que va muy en serio y es muy divertida, ya sabes, rigor de comedia, desolación de tragedia e impertinencia de farsa…” como el mismo nos la describió.
Un antiguo etarra desengañado tiene que envenenar al Papa en su visita a un pueblo de Teruel… Como se lee en la contraportada, “Cuando ETA quiso asesinar al Papa, Iñaki vio entrampado su futuro por culpa de su pasado”
El cocinero del Papa, o sea, Iñaki recibirá dos terribles encargos de ETA a lo largo de su vida. Uno, siendo un joven aprendiz de cocinero en el País Vasco, con mucho futuro por delante. Otro, ya en la madurez, cuando la organización lo descubra al frente de un exquisito restaurante en un pueblo de Teruel, tras haber vivido en México y Venezuela y haber rehecho su vida con Jeny, una bella venezolana de armas tomar.
Pero ¿cómo iba a imaginarse Iñaki que el Papa querría pasar por allí y que él tendría que ocuparse de la comida? Y es que la cocina es otro protagonista de la novela, junto con una magnífica corte o cohorte de secundarios que, con su intervención, irá preparando lo que el lector adivina como un desastre.
El cocinero del Papa es un thriller desenfadado y un punto irreverente, protagonizado por unos personajes impagables. Pero el disfrute de la novela no está sólo en la peripecia de su protagonista, sino, y muy intensamente, en la cualidad volcánica de la escritura de Javier Guzmán
Javier Guzman
Javier Guzmán (a la derecha) en una foto de archivo llegando al Festival de Cine Publicitario de San Sebastian para recoger uno de sus múltiples premios

Javier Guzmán (interior de la provincia de La Coruña, 1948) pasó su infancia en los Valles del Dubra y del Barcala. Estudió bachillerato con los jesuitas en Burgos y posteriormente inició estudios universitarios en Santiago de Compostela. Abandonó la carrera para emigrar a Venezuela. Allí trabajó como redactor publicitario y guionista de cine. Regresó a España como director creativo de una agencia multinacional, cargo que abandonó para dedicarse a la escritura. En 1998 ganó el X Premio de Narrativa Torrente Ballester con Brigada Lincoln.

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